Los tendederos junto al puente de Segovia (1900)


Los tendederos junto al puente de Segovia (1900)
  • Tendederos en el Puente de Segovia (1900)

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  • Tendederos en el Puente de Segovia (1900)

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  • Tendederos en el Puente de Segovia (1900)

    Una vendedora de flores. Detalle

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Comentario

Durante cientos de años este que vemos fue el paisaje que ofreció la Ribera del Manzanares. Y es que, a las orillas del río madrileño se congregaban las lavanderas para faenar y trabajar, una cita que se cometía bajo cualquier condición climática.


El de las lavanderas es uno de los gremios extintos ya en la capital, a pesar de que entre los siglos XVI y comienzos del XX tuvo un enorme peso en la estructura social de Madrid. Para hacernos una idea de la dimensión de este oficio, remarcaremos que en el censo de Madrid de finales del siglo XIX se indica la constancia de un centenar de lavaderos. La mayoría de estos lavaderos se ubicaban entre los el puente de Segovia y el de Toledo y tenían nombres como el Lavadero de la Soledad o el de la Cruz.


Considerado uno de los oficios más duros de la época, las lavanderas y su ardua labor se han visto reflejadas por pintores y artistas como Goya, y también han sido muy referenciadas en la literatura, como en La forja de un rebelde, de Arturo Barea, o en diferentes textos de Pío Baroja.
Este gremio, que tanto trabajo y esfuerzo aportó a la ciudad, desapareció de manera silenciosa en los años veinte del siglo pasado por varios motivos, el más importante la canalización del río Manzanares en 1926 y, en segundo lugar, por la llegada del agua corriente a las casas.
Un oficio que ya sólo existe en recuerdos como esta impagable fotografía..


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